El 31 de julio, fiesta de San Ignacio de Loyola, marcó un gran paso en el camino de la unificación de las dos familias religiosas de Mary Ward.

Para mí fue un día de decisión transcendental, lleno de alegría y esperanza, cara a nuestro futuro como hermanas de la Congregación de Jesús, y lo viví con fe y apertura de corazón, y con mucha gratitud y confianza en Dios.

La propuesta de vivir el día en forma de peregrinación me pareció genial. ¡Qué bueno fue el reunirnos 35 personas en la Plaza Mayor de Lima, entre hermanas, colaboradores, asociadas y amistades! Se sintió el apoyo de todo el grupo mientras visitamos 3 altares en la Catedral – del Año Jubilar, de la Virgen de la Evangelización y de Sto. Toribio de Mogrovejo – así conectando con el Año Jubilar de la Esperanza, y poniendo nuestra misión en manos de María y de Sto. Toribio, como hicieron nuestras primeras 8 hermanas que vinieron al Perú, desde España, para fundar la misión en 1981.

El seguir como peregrinas y peregrinos hacia la Iglesia de San Pedro, donde participamos de la Eucaristía, nos conectó con San Ignacio y la cuna de nuestra espiritualidad ignaciana, que nos sigue empujando como miembros a ‘encontrar a Dios en todas las cosas’. Tuvimos un privilegio especial al poder tener la votación en la Capilla de la Oh, capilla mariana, lugar tranquilo y silencioso, donde se palpó la presencia de Dios y la emoción fuerte que brota al dejar algo grande atrás, especialmente cuando las cuatro hermanas de IBVM firmamos la tarjeta de la votación, así expresando nuestra SÍ con completa libertad y total entrega a la unificación de la Congregación IBVM con la Congregación de Jesús. Me conmovió también los abrazos sinceros de cada una y las ramas de flores regaladas por Liliana y Eudosia, hermanas de la Congregación de Jesús.

Finalmente, al estilo peruano, ¡no faltó la comida, la convivencia, el compartir! – todas señales de unidad del grupo que comparten una misión de amor al servicio de los demás, especialmente de los más vulnerables. Gracias a todas y todos por acompañarnos en aquel día de gran importancia. Su presencia significó muchísimo para cada una de nosotras, las hermanas de IBVM.