En el Ibvm Perú y Mary Ward Internacional Perú, el trabajo con comunidades nace desde la convicción de que el cambio es posible cuando se construye desde lo colectivo, con ternura, compromiso y justicia. En esta edición, conversamos con Esther Lupita Jimenez, técnica laboratorista del Consultorio Médico Parroquial en Jicamarca.

  1. ¿Qué significa para ti ser parte de este proyecto?

Ha sido una experiencia única, ya que se trabaja con personas en situación de vulnerabilidad en la zona de Jicamarca. Gracias a los proyectos, es posible alcanzar objetivos importantes, especialmente en el área de salud para niños y mujeres. Se busca detectar a tiempo enfermedades como la anemia o el cáncer de cuello uterino y de mama, entendiendo que muchas mujeres, al ser amas de casa, priorizan el bienestar de sus hijos antes que el propio. Siempre se les explica: “Si usted no está bien de salud, ¿quién cuidará de sus hijos, especialmente si aún son bebés?».

 

  1. ¿Qué momento te ha marcado o te ha dado más esperanza en tu trabajo?

Cuando una mujer confía en ti y siente que la escuchas, se abre y te cuenta su vida en pareja: los maltratos psicológicos, la violencia familiar y las infidelidades que ha vivido. Algunas soportan todo eso por la dependencia económica, ya que sus esposos son quienes traen el dinero al hogar. También he conocido casos de adultos mayores que son maltratados por sus propios hijos. En esas situaciones, trato de darles consejos y escucharlos con paciencia. Algunas personas, al sentirse valoradas, comienzan a quererse más a sí mismas. A veces les doy ideas para que puedan emprender algo pequeño, como vender productos. Una los anima, porque yo misma aprendí que, cuando una persona tiene estudios, nadie se los puede quitar, y eso le permite salir adelante junto a sus hijos.

 

 3. ¿Qué sueñas para las niñas, niños o familias con quienes trabajas?

La mejor herramienta es la salud y la educación superior. Hay que hacerles ver que ellos son el potencial del mundo y que pueden lograr todo lo que se propongan. Además, una familia unida es el mejor ejemplo para ellos.

  1. ¿Qué te sostiene en los momentos difíciles?

Mi familia y mi trabajo, ya que otros pueden tener problemas más impactantes que una.

  1. Si pudieras enviar un mensaje a otras personas que también caminan con esperanza, ¿qué les dirías?

Que luchen por lo que quieren y no se dejen llevar por lo negativo. Yo soy madre de familia y, gracias a la congregación IBVM, recibí una beca de estudios. Esa oportunidad la convertí en un legado para mis hijos: mi hija es Química Farmacológica y mi hijo es Tecnólogo Médico. Ellos son el orgullo de mi vida. Sí se puede, cuando uno se lo propone.