Promotora de lectura
Proyecto “Entre amigos: Descubriendo historias juntos”

¿Qué significa para ti ser parte de este proyecto?
Significa mucho para mí, tanto en lo personal como en lo profesional, porque me permite poner en práctica mi gran pasión: leer y compartir lecturas. Formar parte de este proyecto me ha hecho reencontrarme con mi niña y mi adolescente interior, aquellas que vivieron en comunidades como Jicamarca y Huaycán: primero con la misma desidia frente a los libros (porque en casa siempre había otras necesidades) y, después de muchos intentos, con la misma ilusión al abrir uno. Acompañar a las y los estudiantes en ese proceso me ha permitido seguir creciendo como profesional, replantear mis estrategias, descubrir capacidades que no imaginaba tener y revivir, a través de la lectura, todas las realidades posibles, incluso en el más alto cerrito de alguna comunidad de la Lima periférica.

¿Qué momento te ha marcado o te ha dado más esperanza en tu trabajo?
Entre los muchos momentos significativos, hay uno reciente que me marcó profundamente: la visita a la Casa de la Literatura Peruana. Los estudiantes de sexto de primaria, quienes al inicio se distinguían por hacer ruido, burlarse de sus compañeros o mostrarse desafiantes o indispuestos a abrir un libro, discutían con soltura sobre el relato de tradición oral que el mediador acababa de leerles en aquel espacio. Me conmovió ver que, a pesar de todos los obstáculos, habíamos conquistado a grandes lectores que comenzaban a conquistar por sí mismos su derecho a la palabra, a la libre expresión y al pensamiento crítico. Falta mucho por hacer, pero ahí seguimos…

¿Qué sueñas para las niñas, niños o familias con quienes trabajas?
Sueño con que sean capaces de defender su palabra con justicia en cualquier circunstancia de la vida y que siempre se permitan seguir soñando, con o sin un libro entre las manos.

¿Qué te sostiene en los momentos difíciles?
Mis raíces, mi historia de vida y, sobre todo, mi familia. Son ellos quienes me sostienen cuando las cosas se ponen difíciles. A veces me cuesta mostrarles mi vulnerabilidad porque no quiero preocuparlos, pero con mamá todo es distinto: ella tiene el superpoder de hacerme sentir superpoderosa y de acogerme cada vez que me siento pequeña, su pequeña. Estar a su lado es como volver a nacer.

Si pudieras enviar un mensaje a otras personas que también caminan con esperanza, ¿qué les dirías?
Les diría que el camino empieza por nosotras: si estamos bien, si creemos en esa esperanza y la encarnamos en cada gesto, cada palabra, cada acción, todo será posible.