
En el Ibvm Perú y Mary Ward Internacional Perú, el trabajo con comunidades nace desde la convicción de que el cambio es posible cuando se construye desde lo colectivo, con ternura, compromiso y justicia. En esta edición, conversamos con Kelly Ylizarbe, psicóloga del proyecto Entre amigos.
- ¿Qué significa para ti ser parte de este proyecto?
Formar parte de este proyecto alegra mi profesión. Ser parte de un equipo humano que tiene como objetivo brindar oportunidades a los niños y adolescentes me llena de orgullo. Los estudiantes tienen habilidades y mucho potencial, pero lamentablemente no cuentan con las herramientas para adquirir o mejorar diversas áreas de su aprendizaje y es ahí donde aportamos como proyecto, porque brindamos nuevas oportunidades de aprendizaje, nuevos materiales y mucho interés en que los estudiantes con menores recursos puedan acceder a los mismos recursos que estudiantes de otros sectores, partiendo de que la educación de calidad es un derecho y este no debería ser mermado debido a factores económicos y/o sociales. - ¿Qué momento te ha marcado o te ha dado más esperanza en tu trabajo?
Siempre recuerdo a una estudiante de secundaria del colegio Fe y Alegría N° 58. Yo estaba realizando el taller sobre el tema del “agradecimiento” y mientras explicaba y solicitaba algunos comentarios a los estudiantes, recuerdo que ella tomó la palabra y dijo: “en la vida nos enseñan a agradecer lo que tenemos, pero el agradecimiento no se trata solo de eso, sino de aprender a agradecer lo que no tenemos, lo que perdimos en el camino, porque esto de alguna manera nos enseña y acerca a lo que merecemos”.
Yo aprendí ello con más de 30 años y esta estudiante ya lo sabe a los 15 años. Admiré su nivel de resiliencia y valentía para no rendirse ante las adversidades de la vida.
- ¿Qué sueñas para las niñas, niños o familias con quienes trabajas?
Que la vida les brinde oportunidades, que ellos puedan verlas y que sus familias les alienten a tomarlas. - ¿Qué te sostiene en los momentos difíciles?
Con el pasar de los años, he experimentado muchas situaciones emocionantes, hermosas, inolvidables y otras que en verdad quisiera olvidar haciendo un clic, pero sabemos que la vida no funciona así. Fue en esos momentos de dolor, que re-conocí a Dios (yo decía que creía en Dios, pero eran solo palabras), pude conectar con mi fe y aferrarme a ella como ancla en la tormenta. - Si pudieras enviar un mensaje a otras personas que también caminan con esperanza, ¿qué les dirías?
Confía, a pesar de los vaivenes de la vida, nunca dejes de confiar y aférrate a Dios, porque sus tiempos son mejores que los nuestros y siempre, siempre recuerda que: para crecer hay que dejar algo atrás.